La Victoria se prepara para una de sus citas tradicionales más importantes. La salida procesional de María Santísima de la Torre. Esta imagen, pertenece a la Hermandad Virgen de La Torre y procesiona el sábado siguiente al domingo de Resurrección, este año por tanto lo hace el próximo 15 de abril. Previamente, Domingo de Resurrección se procedía al traslado hasta la localidad, ya que la Virgen se ubica durante todo el año en la Torre de Don Lucas.
La Hermandad de Gloria a la pertenece la organización del evento fue fundada en el año 1995, siendo párroco consiliario Antonio Ramírez Climent y la imagen está hecha de terracota y fue donada por un convento de Córdoba para que se instalara en la Torre de Don Lucas, de ella no existen más datos conocidos. Hasta La Victoria llegó sobre la segunda mitad del siglo XVIII. Hasta la fecha ha sufrido tres restauraciones conocidas. La primera a manos de Ángel Romero un párroco de la localidad hace aproximadamente unos 40 años tras un incendio provocado por las propias velas de ofrendas, otra a manos de Francisco Romero Zafra un afamado restaurador local, hace una veintena de años y la última a manos de Sebastián Montes, esta más reciente.
El paso en el que procesiona la imagen es de alpaca plateada del taller de Angulo de Lucena. Luce lleva cartelas doradas en los costados que representa el escudo de la Hermandad, el escudo de La Victoria, La Torre y la Iglesia San Pedro Alcántara, el palio está confeccionado con hilo dorado por el bordador cordobés Antonio Villar.
Este paso, es el mismo en el que en alguna ocasión sale a recorrer las calles cada 8 de diciembre, al Patrona de La Victoria, la Purísima Concepción.
Antes de tener paso propio y antes de que se fundara la Hermandad, la organización de la salida de la Virgen se realizaba por turnos entre las hermandades de penitencia del municipio y la imagen era portada en los pasos de cada una de estas hermandades.
Esta procesión tiene amplío recorrido ya en la localidad, pues la Virgen recorre el pueblo en esta fecha desde hace un centenar de años. Desde hace 30 años, lo hace portada por 34 costaleras y guiada por una capataz. Esta cuadrilla es la misma que sacan a la Purísima Concepción en diciembre. La Virgen de la Torre, está acompañada musicalmente en esta ocasión por la Agrupación Musical de La Victoria. La Virgen se queda en el pueblo antes de regresar a la torre hasta el Día de la Madre, en esta ocasión el 7 de mayo.
La Virgen, tiene también un paso de traslado que se utiliza para el traslado desde su llegada al pueblo y hasta la iglesia y para hacerla llegar a la carroza en la que regresa hasta la torre, cada primer domingo de mayo. Este mismo paso es otro de los que usa la patrona, el 8 de diciembre.
La devoción a la Virgen
La devoción a la Virgen de la Torre nació antes incluso que en la localidad, entre los vecinos de la comarca, ya que la situación de la torre en caminos importantes de comunicación en la época, hizo que los viandantes le rezaran y se encomendaran a ella.
La historia del nacimiento de tal devoción en la localidad, viene dada según la tradición oral por las apariciones de la virgen en la puerta de la iglesia del pueblo a pesar de que esta se ubicaba en la torre, lo que fue interpretado por los vecinos como una petición de la virgen a la veneración en la localidad
Más tarde se descubrió el misterio, era un vecino que le tenía muchísima devoción, el que se encargaba de trasladar bastante a menudo en las alforjas de un mulo la imagen desde la torre y hasta la puerta de la iglesia, con la intención de despertar la devoción entre los vecinos.
Esta historia junto con la devoción que ya se profesaba a la imagen en la comarca, es la que llevó a los victoreños a hacer establecer la procesión el pueblo y hacer más suya esta Virgen.
De hecho, la imagen también ha salido en rogativa de lluvias en alguna ocasión, si bien es cierto que es un hecho que sólo recuerdan los más mayores del pueblo.
La morada de la Virgen
La morada de la Virgen durante todo el año es la Torre de Don Lucas, una de las torres más interesantes de la provincia de Córdoba e incluso de Andalucía, ya que es la única torre islámica de alquería que se mantiene en pie en toda la campiña. Está situada al noroeste de La Victoria, a unos trescientos metros de la carretera comarcal que enlaza la Aldea Quintana con La Victoria. Este lugar no fue al azar, ya que desde aquí se tiene una perspectiva visual de todo el entorno, lo que en su época evitaría posibles ataques.
La torre tiene doce metros de altura y tres plantas y fue restaurada por la Junta de Andalucía en 2005.
Fue levantada en época árabe, no sabiéndose exactamente la fecha de su construcción. Por los indicios obtenidos en los alrededores se supone que pertenece a los tiempos de Alhaquen I (808-809 de la Era Cristiana).
Construida con cal, arena, cantos rodados y guijarros cuarcíferos, consta de tres plantas.
Entre otras funciones, esta torre sirvió para custodiar la calzada de Al-Rasif, o camino de la Plata, proteger a la población y custodiar el agua del manantial, y almacenar granos y aceites.
Tras La Reconquista, la Torre de Don Lucas fue donada a la Orden de San Juan de Jerusalén. Fue límite de la jurisdicción territorial de Córdoba, pero posteriormente pasó a la jurisdicción del Cabildo Catedral de Córdoba, que la dio al canónigo Don Lucas Pérez, de quien tomo el nombre.
En el siglo XVIII, uno de los señores de la torre, de la familia Venegas, al repartir las tierras dejó en heredad a una hija religiosa del Convento de la Concepción de Córdoba la torre y la casa del señorío que estaba próxima. Esta religiosa lo entregó como dote a su ordenación religiosa, quien mando entronizar la imagen de la Inmaculada en una de las antiguas barbacanas del bastión, convertida para este fin en camarín.
Así la Torre sirve desde 1834 como ermita para la veneración de la imagen de la Inmaculada Concepción, donde todavía permanece.
Es lugar de peregrinación donde no es difícil ver personas rezando frente a la imagen o los exvotos y peticiones que los creyentes dejan como petición de favor o agradecimiento.
Precisamente, en este sentido existe una curiosidad de la Virgen de La Torre y tiene que ver precisamente el valor de sus ofrendas. Según cuentan los vecinos, la virgen guarda kilos de oro en forma de rosarios, collares, pulseras, etc… custodiados ahora en cajas fuertes a buen recaudo en un banco, pero que hubo una época en la que procesionaba con ellos colgados en las manos.
En el interior de la torre se encuentra el camarín y según cuenta la historia, en tiempo de la peste, se iluminaba por la noche y se aparecía una virgen. Una vez finalizada la pandemia fue este el motivo por el que se decidía dedicarlo a la virgen.
De la época concepcionista datan las lápidas colocadas en el torreón, que aluden a la denominación del reducto y a las indulgencias concedidas por el obispo don Juan Bonel y Orbe a los devotos de la Inmaculada Concepción.
La Torre de Don Lucas fue declarada Bien de Interés Cultural el 22 de junio de 1993 y en ella se puede leer: «El Ilmo. Señor D. J. Bonel, Obispo de Córdoba, concedió 40 días de indulgencia al que rezare un Salve u Ave María, o algún verso de la Letanía ante esta Sagrada Imagen de Nuestra Señora. Año»
«Torre de la Purísima Concepción desde este día, 1º de Mayo de 1834, conocida en lo antiguo por la de Don Lucas».